martes, 5 de abril de 2011

Oops I did it again...



“Se vende madre al mejor postor.”

Nombre: Giovanna

Edad: la suficiente como para tener un hijo de cerca de 40 años. Dimensiones: por descubrir.

El contrato a firmar dará derecho al comprador a llevarse consigo la adjudicación, que regresará a su lugar de origen una vez que haya vencido. 

El paquete incluye kit de supervivencia, para acostumbrarse más fácilmente al nuevo entorno, consistente en fotos de familia, mantas, sus libros y su comida favorita.

Cláusulas a tener en cuenta:
-          - Dar al objeto de cesión el mejor trato posible.
-          - Permitir al vendedor visitarle cada quince días.

Interesados, contacten con Max Papeschi



Éste bien podría ser el anuncio que el artista italiano Max Papeschi incluyera en un diario o página web de anunciantes. En un momento en el que las ventas y alquileres proliferan, podría no desentonar, si no fuera porque el artículo a vender sería una madre. 

El italiano protagoniza de nuevo un polémico episodio al inaugurar el próximo 9 de abril una exposición en la que su madre será la protagonista. Y no por “amor de madre”; que hay que tenerlo para dejarse “vender” aunque sea por ser mencionada en la historia del arte; sino porque su hijo la pondrá a la venta como cualquier otra pieza.

Colocada en una silla sobre un pedestal, la paciente madre colgará un cartelito en el que rezarán sus dimensiones y los materiales de los que está hecha.  Eso sí, el precio será “una negociación reservada".

No sorprende lo estrambótico de su obra, pues ya nos ponía en antecedentes con los collages en los que acompañaba a Mickey Mouse con una esvástica de enormes dimensiones o le colocaba al Papa la cabeza de Bart Simpson. Intentaba así Papeschi explicar su visión de “un  mundo globalizado en el que las decisiones las toman las multinacionales". No menos extravagantes eran su payaso de McDonald ante el portal de Auschwitz o su pato Donald en medio de la guerra de Vietnam.

Seguro de sí mismo y expectante a las reacciones que provoque su exposición, el italiano se justifica afirmando que él sólo convierte en realidad el dicho de "estaría dispuesto a vender incluso a su madre con tal de tener éxito, ganar dinero o lo que sea”.

¿Arte?, ¿excentricidad?, ¿falta de prejuicios? Juzguen ustedes mismos.

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