La gran ola se ha ido y ha dejado los residuos de una España azul; como el mar ó como la zona azul, que para gustos los colores.
Para relacionar el añil al frío, es curiosa la pasión con la que sus fieles han acudido a las urnas, tan curiosa como el júbilo con el que han celebrado la victoria; en contraposición a la tristeza a la que se le asocia en los países anglosajones.
Llama la atención que los chilenos, antiguamente, enviaran sus cartas de despido a los empleados en sobres azules; de ahí la expresión dar el sobre azul. Pero lo que realmente sorprende, como poco, es que en el mundo informático se utilice este color para denominar a un error; del que el sistema no puede recuperarse; como blue screen of death.
Lo que llama también la atención, pero a la vista, es el punto rojo en el que casi se suma, entre la marea ciana, Asturias. Gran parte de la comunidad esperaba encontrar en su diferente elección la buena suerte que el simbolismo chino atribuye al bermellón ó, quizá el dinero que se ofrecía en paquetes rojos.
El resultado de la votación de muchos de ellos no deja lugar a dudas. Los asturianos no creen en la superstición del carmesí y ni se planteaban unos números rojos que, les obligaran a izar la bandera roja para anunciar la emergencia de un código rojo, por el que pulsar la última mortal opción del botón rojo.
Ante este poco esperanzador panorama cromático no es de extrañar la opción por la que se ha optado en la localidad asturiana de Mieres. Han depositado toda su esperanza en el complementario de su comunidad, el verde, con la ayuda de una izquierda muy unida.
Y la verdad es que aunque el azul haya sido el vencedor, la confianza española no se ha depositado en todo el mapa y son muchos los que abogan por la creación de su complementario, opuesto ó, contrario. El naranja.
Y naranja se muestra en su página el PDI ó, Partido De Internet. El naranja se obtiene de mezclas y de mezclas se conforma el PDI también. Diferentes ideologías se unen con el propósito de participar y democratizar. Porque la opinión es democracia.
En un arrebato de creatividad se ha depositado todo el entusiasmo anaranjado de que haya una participación ciudadana sin restricciones. El estímulo, mejorar, el requisito, querer.
La sociedad se renueva y ahora es 2.0
Quizá, va siendo hora de renovar también el cromatismo político.
El reparto del poder como se hace en este país favorece demasiado el monocromatismo, me parece a mí. La sociedad ha elegido más colores que nunca, y sin embargo, ahí estamos, todos de azul
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