viernes, 8 de abril de 2011

Pánico en el supermercado



Cuando, antaño, un sector de población quería exigir cierto derecho se echaba a la calle portando pancartas de enormes dimensiones y gritaban lo que reivindicaran. Ahora, se echan a Internet y colapsan las redes sociales. 

Cualquiera que haya visitado en el día de hoy su perfil en Twitter se habrá asustado al ver que un trending topic daba la vuelta al mundo.  “Salvemos el Cacaolat!”. Y se habrán unido a la causa, porque “hacer click” es gratis y porque está de moda. 

Aunque está claro que los iniciadores del grito de auxilio no son simples aficionados twitteros . Ante la confusión de noticias sobre la marca de sus batidos favoritos han temido por su desaparición y han tomado cartas en el asunto. 

Por un lado Proactiva; el fondo inmobiliario poseedor de los terrenos donde se levanta la fábrica de Barcelona; quiere desahuciar a Cacaolat por no pagar el alquiler. Por el otro, la central ha anunciado, según algunos medios, que no venderá los batidos en el supermercado y se concentrará en hostelería. Información desmentida por el director general de Cacaolat, Sebastià Masdeu, ya que actualmente no se fabrican bricks ni botellas grandes aunque, volverán y no a mucho tardar.

Pero, como cuando el río suena, agua lleva, los internautas han echado las manos al teclado; tras echárselas a la cabeza; y han decidido frenar el despropósito. En Twitter todos pasan el trending topic y en Facebook se han creado seis grupos y una página en defensa del batido por excelencia. En Tuenti parece ser que se iguala la cifra de forofos del Cacaolat y Okey  y se resisten a crear una plataforma de salvamento.

De momento la sangre no llega al río y los Twitteros se consuelan unos a otros, "tranquilos, hay marcas que quieren comprar Cacaolat". Además, algunos advierten que aún pueden acudir rápidamente a cualquier supermercado, en un intento de colmar su “mono” de cacao, y comprar el envase pequeño de botellas. Dato a tener en cuenta si encontraran bricks o botellas grandes de plástico; miren la fecha de caducidad, por si acaso.

Esperemos que la empresa encuentre rápidamente la solución a sus problemas económicos; ya sea a través de fondos de inversión o de ofertas de otras compañías; de lo contrario el pánico puede cundir en el supermercado si los “chocolateros” no encuentran su dosis de cacao.

Afortunadamente yo quedo libre de angustia; me encantan los prados asturianos con olor a vainilla…

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